– Letras bilingües Portugués/Español

Letras y Traducción

[Español]

[Música]

Durante muchos años, entraba en vivo

para dar las peores noticias del día.

Feminicidios, madres que perdieron a sus

hijos,

tragedias terribles.

Pero un día la noticia era yo. Y no fue

porque di un gran bombazo de

reportaje o gané un premio nacional.

En realidad, cometí un gran error en la

visión de mucha gente. Dije que

quería ser madre en cadena nacional y poco

tiempo después, para ser más sincera, una

semana fui despedida. Yo

soy periodista desde hace casi 20 años. Pasé

por muchas coberturas difíciles. Fui

a la primera línea de la noticia con tacones

y micrófono, a cubrir matanzas políticas eh

cometiendo crímenes y muchas cosas, pero

nunca nadie me preparó para el juicio

de ser mujer antes que profesional.

Porque en la televisión, la mujer necesita ser

siempre amable, elegante,

bonita,

pero cuando ella

cambia o cuando se pone en su sitio, se convierte en

un blanco. Nunca puede ser frágil,

nunca puede ser vulnerable y mucho menos

embarazada.

Un hombre, cuando cuenta que decide ser

padre,

la gente le felicita, le elogia. Pero

cuando una mujer cuenta que quiere ser

madre, se convierte en un riesgo.

Mira, aquí en Brasil, una de cada dos

mujeres pierde su trabajo hasta 2 años

después de tener un hijo. Eso no es

coincidencia, es estructural, es un dato.

Y es difícil para nosotras las mujeres entender

eso, más aún para quien está en

video, para quien es presentadora. Porque

piensa conmigo, si cumples todo el

plazo de la baja por maternidad, va a ser que

la gente te olvide. Ah, y hay algo más.

Mucho tiempo fuera del video,

cuando vuelvas, tienes que estar bien,

¿sabes? Tienes que estar siempre guapa,

siempre delgada, estar en forma. Pues sí.

Mira, siempre he sido una mujer,

desafortunadamente, desde pequeña, que tuve

problemas con el espejo. Y ahora voy a contarles

una historia de mi infancia. Mi primer amor

infância. A minha primeira paixão

sucedió a los 9 años. Era Rafinha, un

niño de mi edificio, guapo, rubito,

de ojos azules.

Y una vez, durante un juego,

Rafinha me dijo: "Tu rostro es tan

bonito, si adelgazas 10 kg, hasta saldré

contigo".

Pues sí, yo era esta niñita aquí.

La frase de Rafinha me atravesó, se convirtió en

un trauma y el odio que sentía por él

se volvió contra mí misma,

porque eso es lo que nos enseñan desde

pequeñas.

Muchos años después, ya más delgada, más

feliz, más plena, ya era

presentadora de televisión. Me fui

de vacaciones, me fui de viaje, comí

todo lo que quería y volví con los

kilos de más. Cuando entré en

la emisora, escuché esa frase de un

jefe. Mira, la presentadora tiene que ser

delgada, ¿sabes? Imagínate, te has puesto un poco

gordita.

Pues sí, siempre tenía que ceder para

adaptarme. Parecía que nuestro cuerpo siempre estaba a

disposición de la voluntad o

del gusto del otro.

Y, en realidad, ser mujer y estar en el periodismo

y en la sociedad, parece que estamos siempre

en una sala llena de espejos.

Siempre hay alguien diciendo que necesitas

cambiar algo. Es como si

dijeran que la periodista necesita ser

neutral, pero en realidad esa neutralidad

tiene talla, tiene peso, tiene rostro,

tiene estándar, pero te dicen que necesitas

ser neutral. Es una gran

mentira.

Por cada 100 hombres ascendidos a

gerente, solo 72 mujeres reciben la

misma oportunidad. A esto lo llamo

escalón roto.

Eh, las barreras que todas nosotras

enfrentamos para poder llegar a

ese puesto de liderazgo, a ese

lugar que anhelas. Es como si te

promovieran a ser analista, como si te

promovieran a hacer un buen cargo,

pero nunca llegas a ese cargo que es

el mejor. Siempre está ocupado por un

hombre.

Aunque tengas el peso ideal, tengas la

imagen ideal y un currículum

incluso envidiable, que es mejor que el

de un hombre, no importa. Ese escalón

es invisible, porque en realidad está

cubierto de un gran prejuicio.

Mira, más tarde en mi vida,

seguí adelante y una vez un jefe me

llamó a su despacho, ya como una gran

presentadora, ya era una gran

presentadora de noticias del segundo periódico

más importante del país. Me llamó y me dijo:

"Inspírate en la forma de ser de fulana. Ella es

más comedida, más adecuada. Eres

demasiado espontánea.

¿Cuántas de nosotras no hemos escuchado eso de ser

adecuada?

Madre mía, eso me atravesó. Iba a

salir al aire, gente, en 5 minutos. Tuve que

tragar en seco, hacer mi trabajo como

él quería y volví a casa llorando a

lágrima viva.

¿Para mí, qué significaba eso? No eres suficiente. No

puedes ser así, necesitas ser otra.

pode ser assim, você precisa ser outra.

Necesitas solo apagarte un poco más.

Ese es el mensaje que me estaba

enviando. Y no me importa si ya tenía

casi 20 años de periodismo, si estudiaba mucho, si había dado noticias exclusivas.

estudava muito, se eu tinha dado furos.

No me importa. Era la imagen que él

puso sobre mí en ese momento.

No contenta con todo eso, viviendo aún

ese escenario de trabajar mucho y

dedicarme. Años después, un gran

presentador de esos renombrados, con años

y años, décadas de televisión,

decidió obsesionarse con que tenía que

cambiar el color de mi pelo. Sí,

mujeres, tenía que aclararme el

pelo. Según él, eso me haría

más joven, más guapa, más ligera. Yo

no pedí su opinión. No la pedí.

Pero aún así, cada vez que entraba

en la emisora y me encontraba con él, él

me hablaba y me preguntaba: "¿Ya has reservado en el

salón de belleza?"

No satisfecho con eso, un día en el

camerino, él llega y dice: "Bueno, ya que

no has reservado, no hay problema. Yo

llamo ahora. Incluso, si quieres,

yo pago.

En ese momento me reí, le agradecí y volví a

casa llorando de nuevo, a lágrima viva.

Hoy ya no quiero adaptarme,

solo quiero existir, ¿sabes? Entera,

plena.

Todo aquello que intentaron apagar hoy

se convirtió en una llama dentro de mí.

Y entonces vuelvo a esa niña

de 9 años.

Vuelvo para decirte que eres guapa tal

como eres.

No necesitas perder 10 kg para ser

amada. No necesitas apagarte para

encajar en un espacio que no es para ti.

Las escaleras están aquí. Nadie te va a

dar los escalones, pero vas a subir de todas

formas, con fuerza, con coraje, con

esa sonrisa en el rostro, con el pelo

negro iluminado, que es de tu esencia

paraense

y feliz.

Porque cuando una mujer se atreve a ser

entera,

otras se curan con solo mirar. Y cuando

una mujer ocupa el mundo, reconfigura el

espacio.

Porque autenticidad, gente, no es un

detalle, es resistencia.

Confianza en una misma no es vanidad, es

supervivencia.

Y ser tú es el mayor acto de coraje que

existe.

Gracias,

[Música]

[Portugués]

[Música]

Durante muitos anos, eu entrei ao vivo

para dar as piores notícias do dia.

Feminicídios, mães que perderam seus

filhos,

terríveis tragédias.

Mas um dia a notícia era eu. E não foi

porque eu dei um grande furo de

reportagem ou ganhei um prêmio nacional.

Na verdade, eu cometi um grande erro na

visão de muita gente. Eu disse que

queria ser mãe em rede nacional e pouco

tempo depois, para ser mais sincera, uma

semana eu fui demitida. Eu

sou jornalista há quase 20 anos. Passei

por muitas coberturas difíceis. Eu fui

pro fronte da notícia de salto de

microfone, cobrir chacinas políticos eh

cometendo crimes e muita coisa, mas

nunca ninguém me preparou pro julgamento

de ser mulher antes de ser profissional.

Porque na televisão a mulher precisa ser

sempre gentil, elegante,

bonita,

mas quando ela

muda ou quando ela se coloca, ela vira

um alvo. Ela nunca pode ser frágil,

nunca pode ser vulnerável e muito menos

grávida.

Um homem quando conta que decide ser

pai,

as pessoas parabenizam, elogiam. Mas

quando uma mulher conta que quer ser

mãe, ela vira um risco.

Olha, aqui no Brasil, uma em cada duas

mulheres perde o emprego até 2 anos

depois de ter um filho. Isso não é

coincidência, é estrutura, é um dado.

E é difícil para nós mulheres entender

isso, ainda mais para quem está no

vídeo, para quem é apresentadora. Porque

pensa comigo, se você cumprir todo o

prazo da licença maternidade, vai que as

pessoas te esquecem. Ah, e tem mais

alguma coisa. Muito tempo fora do vídeo,

quando você voltar, você precisa tá bem,

viu? Você precisa est sempre bonita,

sempre magra, estar em forma. Pois é.

Olha, eu sempre fui uma mulher,

infelizmente, desde pequena, que tive

problemas com o espelho. E eu vou contar

agora uma história para vocês da minha

infância. A minha primeira paixão

aconteceu aos 9 anos. Era o Rafinha, um

menino do meu prédio, bonito, loirinho,

de olhos azuis.

E uma vez durante uma brincadeira o

Rafinha me disse: "Seu rosto é tão

bonito, se você emagrecer 10 kg, eu até

namoro com você".

Pois é, eu era essa menininha aqui.

A frase do Rafinha me atravessou, virou

um trauma e o ódio que eu tive dele

virou contra mim mesma,

porque é isso que nos ensinam desde

pequena.

Muitos anos depois, já mais magra, mais

feliz, mais plena, eu já era

apresentadora de televisão. Fui para

pras minhas férias, fui viajar, comi

tudo que eu queria e voltei com os

quilinhos a mais. Quando eu pisei na

emissora, eu ouvi essa frase de um

chefe. Olha, a apresentadora tem que ser

magra, viu? Imagina, você deu uma

engordadinha.

Pois é, eu precisava sempre ceder para

me adequar. Parecia que sempre o nosso

corpo estava à disposição da vontade ou

do gosto do outro.

E na verdade ser mulher e no jornalismo

e na sociedade é parece que a gente tá

sempre numa sala cheia de espelhos.

Sempre tem alguém dizendo que você

precisa mudar alguma coisa. É como se

dissessem que a jornalista precisa ser

neutra, mas na verdade essa neutralidade

ela tem manequim, tem peso, tem rosto,

tem padrão, mas te dizem que você

precisa ser neutra. É uma grande

mentira.

Para cada 100 homens promovidos a

gerente, apenas 72 mulheres recebem a

mesma chance. Isso aqui eu chamo de

degrau quebrado.

Eh, as barreiras que todas nós

enfrentamos para poder conseguir chegar

naquele cargo de liderança, naquele

lugar que você almeja. É como se fossem

te promover a ser analista, como se

fossem te promover para fazer um cargo

bom, mas nunca chega naquele cargo que é

o melhor. Ele tá sempre ocupado por um

homem.

Mesmo que você tenha o peso ideal, você

tenha a imagem ideal e um currículo

inclusive invejável, que é melhor compo

de um homem, não interessa. Esse degrau

tá invisível, porque na verdade ele é

coberto de um grande preconceito.

Olha, mais tarde na minha vida eu

continuei seguindo e uma vez um chefe me

chamou na sala já numa grande

apresentadora, já era uma grande

apresentadora de jornal do segundo maior

jornal do país. Ele me chamou e disse:

"Se inspire no jeito da fulana. Ela é

mais contida, mais adequada. Você é

espontânea demais.

Quantas de nós já não ouvimos isso

adequada?

Nossa, aquilo ali me atravessou. Eu ia

entrar no ar, gente, em 5 minutos. Eu

precisei engolir a seco, fazer o meu

trabalho como ele queria e voltei para

casa chorando de soluçar.

Para para mim, o que que significava

aquilo? Você não é suficiente. Você não

pode ser assim, você precisa ser outra.

Você precisa só se apagar mais um pouco.

Essa é a mensagem que ele tava me

mandando. E não me interessa se eu já

tinha quase 20 anos de jornalismo, se eu

estudava muito, se eu tinha dado furos.

Não me interessa. Era a imagem que ele

colocou sobre mim naquele momento.

Não contente de tudo isso, ainda vivendo

esse cenário de trabalhar muito e se

dedicar. Anos depois, um grande

apresentador desses renomados, com anos

e anos, décadas de televisão,

resolveu encasquetar que eu tinha que

trocar a cor do meu cabelo. É,

mulherada, eu tinha que clarear o meu

cabelo. Segundo ele, isso ia me deixar

mais jovem, mais bonita, mais leve. Eu

não pedi opinião para ele. Eu não pedi.

Mas mesmo assim, toda vez que eu entrava

na emissora e encontrava com ele, ele

falava e perguntava: "Você já marcou o

salão de beleza?"

Não satisfeito com isso, em um dia no

camarim, ele chega e fala: "Bom, já que

você não marcou, não tem problema. Eu

ligo agora. Inclusive, se você quiser,

eu pago.

Na hora eu ri, agradeci e voltei para

casa chorando de novo, de soluçar.

Hoje eu não quero mais me adequar,

eu só quero existir, sabe? Inteira,

plena.

Tudo aquilo que tentaram apagar hoje

virou uma chama dentro de mim.

E aí eu volto para essa menina

de 9 anos.

Eu volto para dizer que você é linda do

jeito que você é.

Você não precisa perder 10 kg para ser

amada. Você não precisa se apagar para

caber num espaço que não é para você.

As escadas estão aqui. Ninguém vai te

dar os degraus, mas você vai subir mesmo

assim, com força, com coragem, com

aquele sorriso no rosto, com cabelo

preto iluminado, que é da sua essência

paraense

e feliz.

Porque quando uma mulher ousa ser

inteira,

outras se curam só de olhar. E quando

uma mulher ocupa o mundo, reconfigura o

espaço.

Porque autenticidade, gente, não é

detalhe, é resistência.

Autoconfiança não é vaidade, não é

sobrevivência.

E ser você é o maior ato de coragem que

existe.

Obrigado,

[Música]

Vocabulario clave

Vocabulario	Significados
jornalista /ʒoʁ.naˈli.stɐ/ A2	noun - periodista
demitida /de.miˈtʃi.dɐ/ B1	verb - despedida
coberturas /ko.bɛʁ.ˈtu.ɾɐs/ B2	noun - coberturas
chacinas /ʃaˈsi.nɐs/ B2	noun - matanzas
elegante /e.leˈɡɐ̃.tʃi/ A2	adjective - elegante
vulnerável /vυl.neˈɾa.vɛl/ B1	adjective - vulnerable
coincidência /koi̯n.si.dɛ̃nˈsi.ɐ/ B1	noun - coincidencia
estrutura /es.tɾυk.ˈtu.ɾɐ/ B2	noun - estructura
plena /ˈple.nɐ/ B1	adjective - plena
quilinhos /kiˈli.ɲus/ A2	noun - quilitos
adequar /a.deˈkwaɾ/ B2	verb - adaptar
neutralidade /nεtʃ.ɾa.li.ˈda.dʒi/ C1	noun - neutralidad
preconceito /pɾe.kõˈsei̯.tu/ B2	noun - prejuicio
espontânea /es.põ.ˈtɐ.ni.ɐ/ B2	adjective - espontánea
suficiente /su.fiˈsi.ẽ.tʃi/ A2	adjective - suficiente
autenticidade /aw.tẽ.si.si.ˈda.dʒi/ C1	noun - autenticidad
autoconfiança /aw.tu.kõ.fiˈɐ̃.sɐ/ B2	noun - autoconfianza
essência /eˈsẽ.si.ɐ/ B2	noun - esencia
reconfigura /ɾe.kõ.fiˈɡu.ɾɐ/ C1	verb - reconfigura
resistência /ɾe.ziˈstẽ.si.ɐ/ B2	noun - resistencia